Random Connections - Maestros y Padawans
En la sección de Rrrrrandom Connections de este episodio he encontrado bastantes conexiones aleatorias. Quizá demasiadas. Recordemos que en esta sección mi objetivo es hablar de conexiones entre distintas obras, ese tipo de curiosidades, casualidades y referencias que se entrecruzan, muchas veces, como menos lo esperábamos. En otros episodios he bajado el ritmo, pero en este de Maestros y Padawans reconozco que se me ha ido un poco la pinza.
Agarraos porque vienen curvas, ya que voy a saltar entre tres áreas, a las que he bautizado de la siguiente manera:
1) Cuando las asignaturas son transversales
2) Cuando se lleva toda la vida enseñando una cosa, pero luego es otra
3) Cuando todo lo que tienes que saber está en un libro
Empecemos por la primera: ‘Cuando las asignaturas son transversales’: ¿qué quiero contar con esto?. Pues voy a hablar de asignaturas, sí, pero en concreto de obras de fantasía y relacionadas principalmente con la magia, y las similitudes de algunas de ellas, además de incluir alguna referencia que no he leído pero que ahora necesito leer con todas mis fuerzas.
Por un lado, tenemos Hogwarts, que por mucho que queramos no podemos negar que es la escuela de magia de referencia de nuestra generación. Desde fuera, o más bien, desde la realidad, cuando hablamos de asignaturas como: “Vuelo”, “Encantamientos”, “Transformaciones” o “Defensa Contra las Artes Oscuras”, pensamos: ‘ojalá yo pudiera estudiar esto”. Pero, lo primero, es que si lo tuvieras que estudiar, ya no molaría tanto, piénsalo. Y lo segundo, es que hay asignaturas que suenan tan mal o peor como las que podemos tener actualmente: la “Aritmancia”, que es la magia de los números y seguro que no te libras de hacer más de una derivada, u otras como la “Alquimia”, o “Historia de la Magia”. Pues bien, si nos vamos a las “Crónicas del Asesino de Reyes” y nos adentramos en las asignaturas de La Universidad, en un principio no veremos demasiada relación, pero la hay.
Es cierto que La Universidad, institución donde estudia Kvothe, tiene algunas ramas muy similares a las de nuestra realidad, como Medicina, Lenguas Modernas, o Química. Este es un aspecto que a mí me gusta mucho porque enlaza los conceptos mágicos con la manera de entender el mundo que tenemos nosotros, como por ejemplo, por qué ciertos elementos tienen un vínculo más fuerte entre ellos, o cuál es la mejor manera de desinfectar y cerrar una herida. En esta obra, cuando hablamos de magia nos referimos a “Simpatía”, que es la habilidad de relacionar los vínculos que existen entre las distintas cosas, por decirlo de manera muy simplificada. Estas relaciones se llevan a cabo teniendo en cuenta varios factores, entre otros la fuerza del vínculo, y tiene una explicación relativamente coherente. El estudio de la Simpatía, desde mi punto de vista, es claramente, al menos su parte más básica, Encantamientos en Hogwarts. Después tenemos la “Sigaldría”, que utiliza la simpatía a través del uso de runas. Es cierto que en La Universidad no encontramos “Transformaciones” o “Adivinación”, es algo que Patrick Rothfus deja fuera de la ecuación de la Simpatía, al menos hasta donde yo sé. Sin embargo, no podemos pasar por alto la asignatura más relevante: la “Nominación”. Y es que esta rama estudia, como su propio nombre indica, y nunca mejor dicho, los verdaderos nombres de las cosas. Conociendo el nombre de algo, obtienes control sobre él, pero llegar a conocer estos nombres no es nada sencillo. Por ejemplo, Kvothe, aprende en el primer libro cuál es “El Nombre del Viento”, que por cierto, este es el título del libro. Pero esto no es tan original como pueda parecer.
Buscando referencias para este episodio, he encontrado una serie de libros (y me he comprado la edición coleccionista de un solo tomo) que son “Los Libros de Terramar”, de Ursula K Le Guin, autora que ya hemos mencionado en otros episodios. Terramar es un universo ficticio inventado por la autora, que está formado por un conjunto de islas pequeñas, un archipiélago, donde la sociedad puede recordarnos a los vikingos, por las herramientas que utilizan, y porque al final, al ser un territorio formado por islas, nos encontramos con una población de navegantes. En estas tierras encontramos La Escuela de Roke, y ya que aún no me he leído el libro, os traigo información sobre esta en la web fandom “Los Hijos de Terramar”:
“Aproximadamente en el año 650, las hermanas Elehal y Yahan de Roke, Medra el Descubridor, y otra gente de la Mano fundaron una escuela en Roke como un centro en donde podrían reunir y compartir el conocimiento, clarificar las disciplinas y ejercer un control ético de las prácticas de magia.”.
Por ir directamente al grano, voy a mencionar que hay Nueve Maestros de la escuela, con sus respectivas disciplinas. Encontramos al Maestro de Transformaciones, y vemos que tiene una relación directa con la asignatura de nuestra querida profesora McGonagall. También existe el Maestro de Hierbas, que sería Herbología, o el Maestro Descubridor, que dice así: maestro de los sortilegios de descubrimiento, atadura y retorno, que para mí está sin duda alguna relacionado con la Simpatía que mencionamos antes. Pero lo que más me sorprendió fue encontrar el “Maestro Nombrador”, maestro del conocimiento de la Lengua Verdadera. Y destaco esta frase de uno de los libros:
“«El que quiere ser Maestro de la Mar ha de conocer el nombre verdadero de todas las gotas de agua que hay en la mar»”
Esta es una de las referencias que más me ha gustado encontrar, seguramente debido a que al estar releyéndome a Kvothe lo tengo fresco, pero ahora tengo mucha urgencia en leerme estos libros de Úrsula, que además me los han recomendado más de una vez.
Pero esto no queda aquí, no salimos todavía de las Universidades, Escuelas o Academias. Ampliemos un poco el mundo de las runas. Si habéis escuchado el primer episodio, recordaréis que hablamos de cómo los hermanos de Fullmetal Alchemist utilizaban los “Círculos de Transmutación”, unos símbolos envueltos en una circunferencia, que podían ser trazados con distintos materiales: con tiza, lápiz, tinta, pintura, sangre o incluso rayando la tierra, que según el fandom:
“El círculo en sí mismo es un conducto que centra y dicta el flujo de energía, aprovechando las energías que ya existen en la tierra y la materia. Representa el flujo cíclico de las energías del mundo y los fenómenos y los convierte a fines de que el poder sea manipulable”
Ok, pero, ¿hay escuelas de esto en otras obras? Pues sí, las hay, y os traigo dos, ambas de literatura juvenil: La primera es el “El Rithmatista”, de Brandon Sanderson. En este libro, se enseña el trazado de runas circulares hechas con tiza en la Academia Armedius de Nueva Britania, donde las personas aprenden la habilidad de canalizar la magia utilizando estos ‘dibujos’ de tiza, que se llaman “Líneas Rithmáticas”, y que además permiten crear dibujos que cobran vida, llamados tizoides.
La otra referencia, y de esta no podía no hablar, es “El Libro de los Portales”, de Laura Gallego. Es posible que os sorprendáis de que no haya nombrado a Laura todavía, ya que en sus libros “Las Crónicas de la Torre” precisamente hablan de escuelas de magia, pero la realidad es que no he sido capaz de relacionarlos y sin embargo me pareció mucho más curioso el tema de los círculos con poderes. En esta obra, “El Libro de los Portales”, que es una historia única, encontramos la “Academia de los Portales”, que es una especie de universidad que se encarga de formar a distinguidos “pintores”, o Maeses, cuyo trabajo es dibujar portales de viajes. Estos portales cumplen una función esencial ya que, como podrían ser aquí los trenes o los aviones, son el medio de transporte que utilizan en Darusia, el reino donde tienen lugar los acontecimientos. Lo que es curioso es que se detalla mucho lo imprescindible que es dibujar bien estos círculos, además de que hay varias asignaturas como por ejemplo, la Geometría o el Cálculo, que son de gran importancia. Por ejemplo, podrías hacer que una persona apareciera en el lugar equivocado, y eso sería un problema. Pero además, aquí juegan con los materiales: los portales se pintan con un material que imprime un color granate, y por esto a los pintores de portales se les llama ‘granates’. Sin embargo, y no voy a dar muchos detalles porque es parte de la trama del libro, existe otro mineral de color azul que es capaz de dotar a los portales con otras funcionalidades.
Y dicho esto, voy a ver si salgo de las “Cuando las asignaturas son transversales” y me voy a “Cuando se lleva toda la vida enseñando una cosa, pero luego es otra”
Aquí, me vais a permitir que vaya a dos películas de animación, o dos sagas de animación mejor dicho, que son: “Monstruos S.A.” y “Cómo entrenar a tu dragón”. Aunque hay parte de estas magníficas obras que tengo pensada destinar a otro podcast, quería darle un hueco en este episodio. En Monstruos S.A., recordemos que la energía de las ciudades se obtiene a través de los gritos de los niños, y para obtenerla existe un sistema de puertas que conecta el mundo de los humanos con el mundo de los monstruos (relación con los portales), para permitir que los monstruos asusten a los niños humanos y obtengan así energía. La segunda película, titulada: Monsters University, tiene lugar en la Universidad donde se estudia cómo asustar, y otra serie de cosas como “Camas y Cortinas”, “Mascotas familiares”, o “Introducción a la tecnología de Puertas” (muy parecido a los portales de Laura, por cierto). Pero claro, en la primera película, vemos que contra lo que se pensaba, “Las risas de los niños aportan muchísima más energía que los gritos”. O sea, tú imagínate ahora, tener que cambiar de pronto TODO EL TEMARIO de la Universidad, además de que dejen de tener valor la mayoría de las investigaciones en el campo de los sustos. Que de esto no se habla pero a mí me parece catastrófico desde el punto de vista académico.
Pues algo parecido sucede en “Cómo entrenar a tu dragón”: recordemos que es un pueblo vikingo que lleva protegiéndose y luchando contra los dragones durante años. Todo hasta que Hipo, el protagonista, descubre que los dragones pueden ser en realidad nuestros amigos, y a base de observar al dragón que ha capturado sin querer, un Furia Nocturna, se da cuenta de que “más vale maña que fuerza”. Así que no te confíes ni des por hecho que lo que te enseñan, pues podemos estar equivocados en lo que creemos con los ojos cerrados.
Para acabar, con “Cuando todo lo que tienes que saber está en un libro”, voy a continuar precisamente con “Cómo entrenar a tu dragón”. Aquí, se entrenan por una parte en la batalla contra los dragones, que por cierto me gusta mucho porque el tipo de enseñanza es “sobre la marcha”, hay una línea muy delgada entre la teoría y la práctica. (Momento del escudo). Y la teoría está escrita en un libro, llamado “El manual de dragones”, que clasifica a los dragones según su peligrosidad, y explica cómo combatirlos (número de llamaradas, usar ruido para distraerlos, etc). Lo que me gusta de este método de enseñanza es que el libro mismo se va editando y actualizando con el tiempo. Esto sucede en otro libro de Laura Gallego, “Guardianes de la Ciudadela”, donde también hay un monstruario. ¿Y dónde más lo vemos? atención aquí al giro: en Embrujadas. Para mí embrujadas ha sido una de las series que han marcado mi adolescencia, no os voy a engañar. Aquí, las tres brujas podríamos decir que son autodidactas: aprenden a través de “El libro de las Sombras”, un libro que pasa de generación en generación, y que ellas mismas van actualizando a lo largo de la serie. Me recuerda también un poco al libro de pociones de Snape que acaba en manos de Harry Potter de casualidad, y con esta conclusión voy a acabar la sección de rrrrrandom connections de hoy: no hay que dejarse guiar sólo por lo que hay escrito en un libro, sino intentar entender bien el concepto que hay en él, porque puede ser incompleto o erróneo: siempre hay que cuestionarlo todo.